Un juego de libertad y reflexión

“El hombre que ha empezado a vivir seriamente por dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera.”

Ernest Hemingway

Como ya sabemos, una buena parte de la realidad no es controlable. Al menos para la mayoría de nosotros. Afortunadamente, la mayor parte de esa realidad es controlable en nuestro mundo interior. Podemos regular y dirigir su impacto de manera intencional, y eso le cambia el color a la pantalla y al guión de nuestra película. Aún así, no pretendo confundir a nadie. Muchas cosas están fuera de nuestro control. Aceptarlo es saludable. Sentirse víctima no es saludable.

Si nos acogemos a la voluntad de usar nuestra actitud en constructivo y positivo, se nos abre un nuevo marco. Desde este lugar podemos redefinir conceptos tan amplios y abstractos como el placer, la libertad, la felicidad, la abundancia y la salud.

Para hoy he desarrollado un ejercicio que quiero proponeros. Es para pensar, pero también para divertirse. Servirá para darnos cuenta de lo innesario que es una buena parte de nuestro sufrimiento, y así poder dejar espacio para que el sufrimiento inevitable coja su dimensión verdadera y reciba la atención necesaria.

Creo que priorizar es el arte de una mente clara. Ahora, privados de una parte de nuestras libertades, podemos practicarlo, aunque sea por obligación. Me gustan las oportunidades y ventanas que se abren en los momentos de incertidumbre, y cuando el ánimo es apropiado propongo usarlas para conocernos más y mejor.

Privados de libertad y de nuestros movimientos y relaciones cotidianos, se abren espacios vacíos y se nos revelan necesidades por cubrir. Placer y libertad pueden ser redefinidos ¿qué mejor momento que este?

Ya habréis visto a lo largo de la semana que hemos tenido que encontrar placer en las cosas más sencillas y que nos puede ayudar mucho el sentir nuestra libertad interior, aún en la fragilidad, la incertidumbre y las  restricciones del momento.

En este contexto, quiero proponeros jugar con sensaciones, emociones y estados mentales que hayáis podido detectar a lo largo de estos días. Con él, se podrán ordenar y quizás comprender mejor. Este juego no da respuestas, sólo plantea preguntas y os ofrece un espacio para sentiros y acoger el proceso de la vida en este momento.

Guía para este juego de libertad y revelaciones

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Según cuánto profundices puedes necesitar entre 2o y 40 minutos, si le dedicas tiempo es un ejercicio muy gustoso. Puedes empezarlo y continuarlo poco a poco, a lo largo del día. Me gusta hacer estas reflexiones con frecuencia.

  1. Haz una lista con las cosas que echas de menos en este momento. Incluye todas; las pequeñas y las grandes, previsibles e imprevisibles, razonables o vergonzosas ¡no estamos juzgando! Estamos jugando, que es mucho más sano. Dedícale unos minutos y anótalas todas en un papel. Luego, léelas en voz alta, para ti o para alguien que comparta este juego contigo. Nómbralas una a una despacio, sintiéndolas o imaginándolas.

  2. Ahora al lado de cada cosa que echas de menos pon una de estas dos letras, según cual se aplique mejor. Si puedes hazlo en dos colores. Tendrás que pensar un poquito.

    • La D: en las cosas que reconoces como dependencias, hábitos no saludables o adicciones (físicas, mentales, emocionales, sociales, etc.)

    • La I: en las cosas que echas de menos y que forman parte de tus interdependencias, de esas cosas que son nutritivas y saludables para ti, como las relaciones humanas, tu visita al gimnasio o la clase de yoga, los paseos con un buen amigo, dar o recibir masajes, etc. Cosas que te inspiran y se basan en el dar y recibir y te dan paz, eso son interdependencias.

  3. Ahora, repasa las cosas que has marcado con una D y apunta al lado qué te aporta cada una. Por ejemplo: seguridad, comfort, identidad, afecto, reconocimiento, placer. Así sabes cuál es el motivo subyacente de cada una de esas adicciones o dependencias. Quizás te salga humito por la cabeza pero ya verás qué interesante. No te preocupes si en algunas no sabes qué contestar, deja las preguntas abiertas en tu mente.

  4. En las cosas que has puesto una I, ya que muchas no puedes hacerlas ahora, piensa en qué te aportan y anota con qué podrias sustituirlas. Esto es un proceso creativo y te puede llevar tiempo.

Con esto termina el juego que os propongo.

Algunas conclusiones

Respecto a las que has clasificado con una D, reconociendo que no son hábitos saludables, nutritivos o inspiradores, quiero darte una buena noticia. Si se mantiene este retiro, tu cerebro irá desconectando de esas necesidades. Puede que inconscientemente busques otras cosas que te den el consuelo que te daban las que no tienes. Si lo observas y lo detectas a tiempo te beneficiarás de un apagado lento y natural de la energía que mantiene esas dependencias vivas.

Respecto a las que has clasificado con I, te felicito porque has hecho una lista de las cosas que realmente cuentan y valen para ti. Tenerlas de frente y escritas te puede ayudar a valorarlas aún más. Quizás no apreciabas todos los días el parque que atravesabas en coche o andando para ir al trabajo o al colegio de tus hijos, y ahora lo mirarás de otra manera.

Por qué os propongo esto

Primero, porque creo que es divertido e interesante. Segundo, porque creo, aprecio y valoro mucho la filosofía y estilo de vida de los estoicos. Lo sigo, y me ha orientado hacia un mode de ver el mundo que me ofrece mucho soporte interior. En mi experiencia ¡la vida se tambalea con frecuencia! Me gusta tener anclas.

Como hay un concepto general confuso respecto a esta filosofía os paso esta hermosa entrevista de la cual creo que podéis extraer, al menos, una o dos ideas muy valiosas para vuestra vida, desde hoy mismo. Los estoicos amaban la vida sencilla y la belleza humana.

Aquí os dejo los enlaces a la entrevista:

No dudéis en compartir vuestras sensaciones después e este juego y de ver la entrevista, por aquí o a diana@samyamayogaibiza.com.